Imaginando letras: Quetzalcóatl. El hombre huracán de Lucie Dufresne.


Quetzalcóatl. El hombre huracán de Lucie Dufresne.
“…los guerreros de Kukulcán regresarán algún día del Este para vengar todos los agravios por los que me hicieron pasar.”

Venido por los cielos desde la estrella de la mañana, mensajero de la voluntad sagrada y oculta de los dioses que rigen el mundo, poseedor de los secretos más poderosos, portando extrañas ropas que reflejan el brillo del sol, el mensajero divino aparece en medio de un huracán. Quetzalcóatl es uno de los dioses más antiguos de la cosmovisión de gran parte del continente americano, se encuentran representaciones de la serpiente emplumada incluso fuera de las zonas de Aridoamérica, Oasisamérica y Mesoamérica. Las ideas asociadas a esta divinidad son muy diversas, como creador de la humanidad, encargado de la fertilidad, los vientos benéficos para la siembra, la fecundidad de los cultivos y en el posclásico se encuentra fusionado con Ehecatl como responsable de los vientos en general.





También está Ce Acatl Topilzin Quetzalcóatl, histórico gobernante de Tollan (la actual Tula), del cual se tiene la idea muy extendida de que era un hombre blanco, barbado y pelirrojo. Muchos creen que se trataba de un vikingo extraviado  que encontró la gloria entre los toltecas del altiplano. Precisamente sobre esta teoría está basada esta entretenida novela histórica de  Lucie Dufresne, escritora canadiense que hace su primera incursión en el mundo de la ficción escrita con esta publicación. Nos cuenta la vida de Ari, un hijo ilegitimo de Erik el Rojo, quien naufraga en el golfo de México alrededor del año mil de nuestra era, solo él y un esclavo católico llamado Melkolf sobreviven al naufragio. Vemos el ascenso de  Ari en la sociedad tolteca, así como su transformación en un enviado divino para sobrevivir en el extraño mundo donde ha naufragado.





Una historia entretenida, pero con varias inconsistencias en cuanto a la documentación histórica sobre todo a lo que se refiere con nombres de lugares y desarrollo de ciertas técnicas. Aunque en el rubro de fechas la autora si hizo una excelente investigación, en la descripción de la cosmovisión toma una visión demasiado moderna y occidental, al retratar una religiosidad de parte de los pueblos autóctonos mesoamericanos en términos planos y con poco matiz, incluso demuestra una buena dosis de prejuicios . La narrativa es pobre y no logra envolver de manera consistente al lector, da la impresión de que la  autora fue demasiado ambiciosa al entrar con un tema tan complejo al mundo de las letras. Los personajes coquetean con clichés simplistas, hartan antes de que puedan interesar. Pero a pesar de todo es un libro entretenido, pero no es una característica de suficiente peso como para que tenga una trascendencia considerable, recomendable para palomear y pasar el rato.








Donde conseguirlo: buscar en la Gandhi, El Sótano, FCE. La Porrúa o en el paseo Zócalo-Pino Suárez. Lo edita Random House Mondadori.





Donde lo conseguí: En un puesto de libros a un lado de la catedral metropolitana del lado del templo mayor, me costo $100.





La próxima reseña será de: Siddhartha de Hermann Hesse.

Comments (0)

Publicar un comentario