Siddhartha de Hermann Hesse.
“…lo único que busco es poder amar al mundo si despreciarlo, no odiarlo a él ni odiarme a mí mismo, poder contemplarlo a él, a mí mismo y a todos los seres con amor, admiración y respeto."
Pensar, esperar y ayunar.
El sendero parece oscuro, el dolor y el sufrimiento no están en todo momento pero si en todas partes ¿Dónde está la luz? ¿Cómo reconocerla entre las sombras de la apariencia y la superficialidad? La verdad no saldrá de los labios de los maestros y ni de los sabios, sino del canto de un corazón dispuesto a enfrentar su propio ser y el mundo que le rodea, ir desde el interior al exterior, para por fin despertar. No puede ser de otra manera, pues el conocimiento se puede transmitir, puedo escucharlo de cualquier ser que ha vivido pero la sabiduría solo se puede experimentar, la luz de la iluminación solo se pude encender por uno mismo. Quien se enfrente a los excesos del sansara y no se pierda en su ilusión será libre y encontrara la paz del nirvana que baña de luz el Atmán. El camino que se recorre hacia la iluminación es elegido por cada quien, cada uno decide el itinerario de su conciencia, en una religión sin un Dios que sancione al ser humano, este último se vuelve responsable de encontrar la luz en su experiencia y meditación. Este es el relato del viaje al despertar y a la liberación que realiza Siddhartha el hijo del brahmán.
Esta es una novela rebelde y contestataria como la juventud. Hesse nos lleva con esta alegoría de la vida de buda a descubrir el misterio de la paz y la conciencia plena del ser. Nos cuenta la vida de Siddhartha hijo de un brahmán, una de las castas más altas de la india milenaria, en un tiempo distante marcado por la presencia del iluminado. Siddhartha busca su camino hacia la paz, desde su juventud, junto con su amigo Govinda emprenden un viaje que los lleva con los ascetas samanas, quienes con su desprendimiento y meditación buscan el nirvana. Al no encontrar la verdad entre los sabios del bosque se van para encontrarse con Buda, y es aquí donde sus caminos se separan Govinda se queda como discípulo del iluminado mientras Siddhartha busca encontrar la verdad en su experiencia no en un maestro. Esto llevara a este último ver el mundo de otra manera no solo como una ilusión banal sino en toda su hermosura y diversidad. Encontrando la pasión y sensualidad en los brazos de la cortesana Kamala y la fortuna como la conocen los hombres niños con Kamaswami en donde le ayudaría lo que mejor aprendió con los samanas: pensar, esperar y ayunar. Es aquí donde se sumerge en el sansara, que es en lo que la mayoría nos perdemos: los vicios, la vanidad y lo superficial.
Herman Hesse nos invita a buscar sin un maestro, que nuestra experiencia sea lo que al fin y al cabo nos de la sabiduría, no es que no se pueda aprender de alguien más, pero eso es conocimiento, la sabiduría solo viene de experimentar por uno mismo el vivir.
A mi parecer Hesse divide al buda histórico en varios personajes: Siddhartha busca experimentar la sabiduría, Govinda el que busca pero no ha experimentado y Gotama el buda que quiere transmitirla aunque sabe que solo se puede vivirla. Mención aparate para el personaje de Vasudeva con quien Siddhartha comprende por fin el significado del OM.
Una novela muy sencilla en sus descripciones, pero profundamente compleja en la estructura de sus personajes y en los dilemas que plantea. Aquí podemos apreciar al Hesse más honesto en sus cuestionamientos sobre la existencia, en sus siguientes novelas como Demian y El Lobo Estepario se ve como profundiza más en su alma pero la cuestión es establecida por primera vez en Siddhartha.
Una novela que tiene que ser leída por lo menos una vez en la vida.
Lo mejor: Todo.
Donde conseguirlo: buscar en la Gandhi, El Sótano, FCE. La Porrúa o en el paseo Zócalo-Pino Suárez. Lo publican varias editoriales.
Donde lo conseguí: En la Feria del Libro del Palacio de Minería del 2009, me costó $20 publicado por Editorial Tomo.
La próxima reseña será de: El Abismo se ha roto de Carlos Camaleón.